Andrew Mark
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El anuncio de GM y Holden ayer de que cesarán sus operaciones australianas en 2017 podría poner en peligro a la industria automotriz australiana.
El anuncio de GM se produce solo siete meses después de que Ford confirmara que se retiraría del mercado australiano, y ahora Toyota cree que la medida ejercerá una "presión sin precedentes" sobre los fabricantes de piezas. El propio fabricante de automóviles japonés ahora se pregunta si debería o no permanecer en el país. Las ventas de vehículos fabricados en Australia se han reducido casi a la mitad desde 2007 debido a la apreciación de la moneda local y la caída de los aranceles de importación.
VEA TAMBIÉN: Holden dejará de operar en 2017
En Australia, los fabricantes de automóviles tienen alrededor de 150 proveedores que emplean a unas 42,000 personas. Según el director general de Holden, Mike Devereux, construir automóviles en Australia simplemente "no era sostenible". Este año, solo el 10 por ciento de las ventas totales de automóviles en Australia fueron vehículos fabricados localmente ahora que Australia está permitiendo importaciones desde Asia. Hace tres décadas, el 80 por ciento de los vehículos vendidos en Australia se fabricaban en Australia. El Commodore de Holden, por ejemplo, fue el auto más vendido de Australia durante 15 años consecutivos antes de que el Mazda3 tomara la corona en 2011. Ahora el Commodore también está detrás del Hyundai i30.
Según Ford, los costos de construcción de un vehículo en Australia son el doble en comparación con Australia y cuatro veces los de los países asiáticos..