Jack Todd
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Es casi una tormenta perfecta. Las secuelas del mortal terremoto en Japón, combinado con un aumento dramático en los precios del petróleo impulsado por la crisis en curso en Libia y la reducción de las existencias domésticas están haciendo subir el precio de los automóviles nuevos de una manera no vista en años.
Toyota, Ford y GM ya han anunciado aumentos de precios para sus vehículos, y otros seguirán su ejemplo. Pero una tendencia interesante es el precio de los autos pequeños. En comparación con hace un año, el precio promedio de estos vehículos ha aumentado en un 4.2 por ciento, en el segmento subcompacto es aún más, 6.3 por ciento, según el sitio web TrueCar.com.
Aunque, dada la naturaleza global del negocio automotriz actual, las empresas de todo el mundo enfrentan interrupciones, las más afectadas siguen siendo las marcas japonesas. Hasta ahora, las compañías con sede en Nippon han retrasado la introducción de unos 500,000 vehículos debido a problemas de suministro resultantes del terremoto del mes pasado y un analista de la industria predice que esa cantidad crecerá a unos 3.6 millones de vehículos en todo el mundo en agosto..
Sin embargo, este conjunto actual de circunstancias podría brindar una oportunidad, particularmente para los fabricantes de automóviles de Detroit, que han estado luchando en los últimos años. En particular, la demanda de modelos como el Ford Fiesta y el Chevrolet Cruze, que han sido bien recibidos, podría dar lugar a que algunos compradores cambien su lealtad a las marcas japonesas, que han dominado el mercado de automóviles pequeños durante tanto tiempo. Es probable que la situación se agrave por el hecho de que algunos modelos, en particular los importados de Japón, como el Toyota Prius, son actualmente escasos, un escenario que no es probable que cambie pronto..
Sin embargo, aunque muchos fabricantes de automóviles están reconsiderando sus cadenas de suministro como resultado de los problemas en Japón, es poco probable que haya una realineación importante en la forma en que se configuran la distribución y producción de piezas, al menos a corto plazo.
Sin embargo, dado el entorno económico actual, el sector automotriz se está convirtiendo cada vez menos en un mercado de compradores, particularmente para autos pequeños. Como resultado, es probable que los consumidores en el mercado de un nuevo vehículo estén en mejores condiciones para dar el paso ahora, mientras todavía hay buenas ofertas, en lugar de sentarse en la cerca y esperar.